Con este calor, lo que más nos pide el cuerpo es ducharnos con agua fría (especialmente a aquellas personas que no tenemos costa ni piscinas cerca en estos días tan calurosos). Sin embargo, ¿qué podemos esperar del agua a estas temperaturas? ¿Es adecuado para la época en la que nos encontramos?
Beneficios de ducharse con agua fría
Ducharse con agua fría nos ofrece una serie de beneficios que no podemos ignorar:
- Reactiva la circulación. Esto ocurre porque nuestro sistema circulatorio se ve obligado a llevar más sangre a los órganos y a nuestros tejidos internos, por lo que de esta manera mejora nuestro flujo sanguíneo.
- Mejora nuestra piel. Hace que nuestro cutis se vea más fresco y con un aspecto más saludable. Tengamos en cuenta que el agua caliente borra todo rastro de sebo producido por la piel y, por lo tanto, la reseca.
- Aumenta nuestra energía. La sensación de rejuvenecimiento y vitalidad que nos da una buena ducha de agua fría se debe a que aumenta el drenaje linfático (que es lo que comentábamos en el punto anterior sobre la circulación).
- Nos ayuda a combatir infecciones. Cuando nuestro cuerpo recibe agua fría, reacciona estimulando nuestro metabolismo y, por lo tanto, nuestro sistema inmunológico.
Dicho esto, podemos pensar que darnos una ducha de agua bien fría en cualquier época del año es tan beneficioso como difícil de sufrir, especialmente para los más frioleros.