¡Recordad, recordad siempre el 19 de noviembre! Hoy en nuestro blog celebramos el Día Mundial del Inodoro, y como no podía ser menos, os contaremos el origen de este día y por qué es imprescindible en nuestra sociedad actual. Y es que, si existe día de la madre, del niño o del padre, ¿por qué no iba a tener el inodoro su día especial? Los hay de muchas formas, colores y tamaños; unos más modernos, otros más cercanos a lo clásico, pero si algo tiene característico este elemento de porcelana es que nos facilita mucho el día a día en la sociedad actual.
¿Cuándo nace este día?
El Día Mundial del Inodoro se celebró por primera vez el 19 de noviembre de 2001, este nació como una iniciativa humanitaria para mejorar las condiciones higiénicas y sanitarias en los países subdesarrollados.
Esta iniciativa fue apoyada por las Naciones Unidas y el objetivo principal de la misma es mejorar los servicios sanitarios en todo el mundo, ya que millones de personas en todo el mundo no disponen de suficientes instalaciones sanitarias.
La falta de estos servicios sanitarios básicos fomentan graves consecuencias para la salud y para el medio ambiente, debido a que las enfermedades se propagan con más facilidad sin aseos sanitarios. La Organización Mundial de la Salud nos alerta cada año del gran número de personas que no pueden acceder a unas condiciones mínimas para disponer de una higiene básica. La OMS declaró que el saneamiento deber ser una labor de derechos humanos y para llegar a ello, hay que potenciar la salud pública.
¿Qué se hace durante este día?
Durante este día, se realizan distintos congresos por todo el mundo donde acuden médicos, empresarios, científicos, etc. Para hacerse eco de este problema y proponer soluciones al problema higiénico y a la falta de agua en distintas partes del mundo.
Puede llamarse retrete, váter, inodoro o sanitario y puede ser colgado, turco, japonés o portátil, pero lo que tienen todos en común es que son imprescindibles y que a día de hoy, no puede faltar uno en ningún aseo de todo el mundo.
Por un mundo mejor, ¡Qué viva el inodoro!