Los platos de ducha están a la orden del día, atrás quedaron las bañeras con grandes espacios dentro del baño, que no es que no nos gusten, pero no todos podemos disponer de baños con grandes dimensiones. Por eso, en el artículo de hoy os damos unas cuantas ideas para combinar estilo y espacio para recrear el estilo de tu plato de ducha para el baño:
Platos de ducha de cerámica
Los de toda la vida. Estos platos de ducha son muy resistentes al rayado y a los disolventes. Son una buena opción si lo que buscas es no gastarte mucho dinero. Su inconveniente es que pueden llegar a resultar algo resbaladizos.
Platos de ducha acrílicos
El material principal de este tipo de platos de ducha suele ser el plástico. Entre sus ventajas se encuentra que son antideslizantes y bastante ligeros, a parte de tener una muy buena resistencia a los golpes. Si hay algo que decir en cuanto a desventajas se refiere es poco, simplemente que su precio es algo superior al de los platos de ducha de cerámica.
Baldosas de cerámica. (Gresite)
Si lo que buscas es flexibilidad en cuanto al estilo de tu baño, las baldosas de cerámica son la mejor opción. Estas cerámicas de 2×2 cm unidas por detrás con una maya, ofrecen una gran gama de colores y puede adecuarse a la medida necesaria. Ideales para un acabado a nivel de suelo. Mencionar que con el paso del tiempo las juntas tienden a oscurecerse, pero no te preocupes, que hay productos que recuperan el color natural.
Piedras de Río
Estas piedras de canto rodado son perfectas para darle naturalidad a tu baño y muy flexibles en cuanto a medidas se refiere. Son buenas resistentes a las ralladuras y muy buenas antideslizantes. Son una buena opción si lo que buscas es darle un respiro a tu bolsillo. Suelen oscurecerse con el paso del tiempo, pero como en las baldosas de cerámica encontrarás productos que recuperan su color natural.