Hay un sector de la población que opina que los problemas o las decisiones no se meditan con la almohada si no mientras nos jabonamos en la ducha. Y es normal, porque un agradable baño templado mejora la visión de casi todo. Esa grata sensación hace que nos desinhibamos y entonemos los temas más dispares aprovechando la genial acústica del baño.
La teoría más técnica dice que el agua al golpear en el plato de la ducha crea iones negativos que son aspirados y al llegar a la sangre y, por consiguiente, al cerebro produce sensación de euforia que nos hace cantar 🙂 Este fenómeno es universal, se practica en todo el mundo, entre las canciones más cantadas en el momento baño, tenemos:
– La donna e mobile de Luciano Pavarotti (casi nada)
– I will always love you de Whitney Houston
Caja de Resonancia
Como veis temas sencillos que cualquier neófito puede bordar… ¿Por qué nos da por esas arriesgadas canciones? Resulta que cuando cantamos en la ducha nos da la impresión de que lo hacemos bastante bien y que podemos llegar a cualquier nota. El porqué de esa sensación no es magia, si no física. Las paredes lisas del baño hacen que la habitación actúe como una caja de resonancia. Así, las las ondas se reflejan en las paredes aumentando la intensidad de nuestra voz haciendo que parezca más potente. Debido a la reverberación la voz se mantiene más tiempo en el aire después de emitir cada nota, sobre todo las graves y justo es en ellas donde menos erramos los no profesionales. Y, digámoslo claramente, con el sonido del agua se tapan los fallos.
Esta práctica, tiene muchos beneficios para nuestra salud: baja la presión sanguínea, reduce el estrés y mejora el humor. Beneficios para nuestra salud que quizá no para quienes viven con nosotros…
Y vosotros, ¿qué cantáis bajo la ducha?