Plato de ducha: la seguridad por encima de todo

Muchas son las personas que deciden cambiar sus bañeras por platos de ducha, pues estos últimos ofrecen un sinfín de ventajas de las que carecen las bañeras, cada vez menos usadas en la mayoría de los domicilios.

Es el caso de muchas familias con las que vive una persona mayor o personas con movilidad reducida (aunque no todas obedecen a este patrón), pues el entrar y salir de la bañera cuando se van a duchar, se les hace cada vez más complicado, al mismo tiempo que comprometen su propia seguridad.

En este post, hemos querido reunir una serie de ventajas y posibilidades que nos ofrece el hecho sustituir nuestras bañeras por platos de ducha mucho más seguros.

¿Por qué el plato de ducha es mucho más seguro?

La principal razón por la que las personas necesitamos instalar platos de ducha en el lugar donde, hasta ahora, han estado nuestras bañeras, es que los primeros son mucho más seguros que las segundas. Tratemos de imaginar a nuestros abuelos u otras personas con movilidad reducida, intentando entrar y salir de la bañera cada vez que quieren ducharse: recordemos que lo que es habitual para nosotros (el hecho de tener que subir una pierna y luego la otra para poder entrar en la bañera), para personas con problemas de movilidad puede ser un verdadero infierno.

Pero, incluso, pensemos en aquellas personas que aun moviéndose adecuadamente son propensas a caerse o tropezar con todo: podemos no calcular bien las distancias y caernos, en el intento de entrar en una bañera.

Los platos de ducha, por su parte, cuentan con elevaciones mucho más pequeñas que las bañeras, lo que hace que entrar y salir de la ducha sea mucho más sencillo. Incluso existen platos de ducha sin este tipo de escalones ni separación con el resto del suelo: simplemente incluyen una pequeña depresión que conduce el agua al desagüe y evita que se moje el resto del cuarto de baño. Éstas últimas son ideales para personas que necesitan de silla de ruedas para moverse.

¿Podemos reforzar esta seguridad?

Si bien es cierto que, como acabamos de decir, los platos de ducha son mucho más seguros que las bañeras, aun podemos reforzar en mayor medida esa seguridad, adecuado el plato de ducha a nuestras necesidades:

  • Platos de ducha anti-deslizantes. Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el nivel de deslizamiento. Por muy seguro que sea un plato de ducha a la hora de entrar y salir, si su suelo resbala, esa seguridad de la que presumíamos anteriormente se verá truncada. Existen tres niveles de seguridad entre los que podemos elegir, si tenemos en cuenta este aspecto: poco deslizantes, anti-deslizantes y alto grado anti-deslizante.
  • Barras de seguridad o asideros. También queda en nuestra responsabilidad la decisión de colocar barras de seguridad o asideros para poder agarrarnos cuando nos desplacemos por el plato de ducha. De esta manera, estaremos reforzando nuestra seguridad mientras nos duchamos y cuando entramos / salimos de la ducha.

Platos de ducha: otras ventajas

Lo más interesante de todo es que los platos de ducha no solo cuentan con el beneficio de la seguridad.

  • Son más cómodos y accesibles. Además de ser seguros a la hora de entrar y salir, también son mucho más cómodos y accesibles, especialmente para aquellas personas que, como hemos dicho, tienen problemas de movilidad.
  • Nos proporcionan una mayor sensación de espacio en el cuarto de baño. Cuando colocamos un plato de ducha y si, para más inri, utilizamos mamparas completamente transparentes, podemos hacer que nuestro cuarto de baño parezca mucho más amplio de lo que antes era, pues la bañera restaba espacio al mismo.
  • Son sostenibles. O, al menos, nos hacen ser más sostenibles a nosotros. El plato de ducha nos obliga a ducharnos siempre, y es evidente que cuando nos duchamos utilizamos bastante menos agua que cuando llenamos la bañera, ¿verdad?
  • Son más fáciles y cómodas de limpiar y mantener.

¿Has instalado ya tu plato de ducha en casa o sigues con tu antigua bañera?

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