Tanto si te dispones a renovar tu baño como si vas a construir uno nuevo, es importante que tenga un estilo definido y coherente que se identifique con claridad. En caso de que no tengas claro qué enfoque darle a tu baño, aquí tienes cinco estilos bien distintos para que elijas el que más te guste. Estilo clásico Un baño de estilo clásico no significa que sea anticuado. Pero a la hora de decorarlo tendrás que dar prioridad a todo lo que resulte elegante y sobrio. A pesar de ello, puede crearse un baño clásico con mezcla de elementos modernos, porque elementos como los candelabros o las lámparas colgantes tienen tal personalidad que impregnan totalmente de clasicismo el ambiente. Y no olvides una alfombra gruesa para terminar de completar el ambiente. Estilo industrial Se trata de un estilo con el que se produce una paradoja. Siendo clásico, resulta actual. Lo primero es entender que el hierro o el bronce tendrán un gran protagonismo, y en general todo aquello que recuerde el estilo industrial de principios del siglo XX encaja perfectamente. Al menos una de las paredes ha de ser de ladrillo, y no está demás combinarlas con otras de color blanco para resaltar el contraste entre ambas. Los techos altos y las vigas también son elementos identificativos de este estilo. Estilo rústico Lo ideal es usar materiales nobles, como la madera o la piedra. Una bañera antigua con patas en una posición preeminente reforzará esta imagen, dando el toque inconfundible que tienen los baños antiguos. El hierro también encaja en este tipo de decoración, para la cual los tonos ocres funcionan mucho mejor que los claros. Y alguna que otra antigüedad, siempre sin sobrecargar, tampoco desentona. Estilo moderno Los baños de estilo moderno se caracterizan por contar con un mobiliario de diseño, tecnología avanzada, un enfoque minimalista y amplitud de espacio. Pueden ser más sobrios o bien apostar por colores vivos. Estilo japonés Un baño de estilo japonés estará orientado a mantener un equilibrio en las energías tal y como proclama el Feng Shui. Por tanto, rezuma serenidad, minimalismo, y elegancia. La presencia de muebles con bordes redondeados, la predominancia de colores suaves y neutros, y el añadido de elementos relajantes como velas, bambú o cantos rodados hacen fácilmente reconocible un baño de estilo japonés.