La ducha ya no se considera una opción de segunda categoría, relegada a cuartos de baño pequeños. Se percibe como un elemento de relax, más cómodo que la bañera, que encaja en los espacios más funcionales. Te proponemos algunos ejemplos para que te inspiren en tu espacio.
En un baño de 6 m² la ducha puede prolongarse de pared a pared colocando la puerta de entrada al frente. Aunque ocupa una gran superficie no reduce el espacio gracias a la mampara de cristal y al suelo que es una prolongación del mismo pavimento del baño.
En esta opción de 4 metros, la mampara corredera facilita el acceso a una ducha situada en esquina. La ubicación de la puerta de entrada y de la ventana lleva a una distribución de los sanitarios en dos frentes: a un lado lavabo y al otro, inodoro y ducha.
Un baño pequeño puede hacerse opticamente más amplio con unos trucos. Éste tiene 3 m², hemos colocado al fondo el plato de ducha extraplano separado por una hoja fija de cristal. El inodoro con cisterna empotrada y el mueble/lavabo parecen flotar. Que el mobiliario no llegue al suelo es un truco para que los aseos pequeños parezcan más grandes.